lunes, 26 de septiembre de 2011

In Memoriam Emilio Garcés Frenchín

Publiqué apenas hace dos meses una entrada sobre Jánovas. En ella relataba la lucha titánica de unos pocos vecinos de este pueblo a orillas del río Ara por poder vivir y morir allí donde nacieron ellos y sus antepasados.

Esta semana pasada corrió por los periódicos y por internet la noticia de que Emilio Garcés Frenchín, -el que más lucho junto a su mujer Francisca, el que más soportó, el que más sufrió-, nos había dejado. Vaya mi reconocimiento y mi pequeño homenaje a este hombre bueno.



Buscando por la red he encontrado muchas fotos de él ya viejecito y con la vista apagada, cuando ya todo había acabado. Hay pocas fotos de esos años de hierro en que se desarrolló la desigual lucha, como la que viene sobre estas lineas. En ella se ve a un hombre fuerte, enhiesto, seguro, en una calle abatida de su pueblo, sin los caros trajes ni los códigos de derecho bajo el brazo que portan los ladrones hoy en día. Una persona cargada con la razón, con las manos en los bolsillos vacíos y en busca de justicia.

Desde que supe la noticia quería dedicarle unas palabras en este humilde blog y pensaba en las palabras justas y serenas que podría decir, hasta que el pasado sábado -24 de septiembre- leí en el Heraldo un obituario de Emilio escrito por el profesor Nicolau Ibarra. Creo que son unas hermosas palabras de alguien que lo conoció y que resumen perfectamente su larga lucha. Sirvan pues sus palabras como mi sentido homenaje.

Descanse en paz Emilio Garcés.



HUESCA. La tarde del 5 de marzo de 1988 fue una tarde de lágrimas y emociones. Francisca y Emilio recibieron el homenaje y reconocimiento de los otros montañeses afectados por los embalses en el Pirineo. En el salón de actos de la Diputación Provincial de Huesca, la Coape (Coordinadora Aragonesa de Pueblos Afectados por Embalses), les ofreció la primera muestra de agradecimiento público por su lucha y en pos de un mínimo de justicia social. Labordeta les dijo: "Vosotros, Francisca y Emilio, sois uno de los pocos recuerdos dignos que, a este viejo reino ya agotado, le queda como espejo para levantar la vista con dignidad y decir que todavía no está todo perdido".

El arraigo. La fuerza del arraigo a un territorio, a un río, a un pueblo. Sobre este sentir primario, atávico, profundo, se puso en marcha en Aragón la larga trayectoria por la defensa de los ríos y los valles frente a la amenaza de los embalses. Francisca y Emilio eran el referente, el icono que tomaba la recién nacida Coape para orientar su tarea. A lo largo de los años, la fuerza del arraigo y el compromiso con la tierra se ha ido enriqueciendo con la racionalidad económica, social, ambiental y con la valiosa dimensión emocional de la Naturaleza. Pero probablemente lo que más haya caldo en las entrañas de la sociedad aragonesa, de los políticos y los medios con una visión esencialmente productivista de los ríos, haya sido la determinación de unas gentes para vivir allí donde ellos y sus antepasados han vivido desde hace siglos. Aquella campaña de Coagret en los años 90 "Por la dignidad de la montaña", inspirada en la actitud vital de gentes como Emilio y Francisca fue transformadora de verdad. De conciencias. Y por una vez de políticas, pues el Gobierno de Aragón renunció a inundar pueblos, modificando ligeramente el modelo decimonónico "represamiento de rios+regadios=futuro de Aragón"

Emilio y Francisca, con las gentes de la Asociación Rio Ara, nos regalaron a los aragoneses un valle. Lo salvaron de la inundación. Ojalá que la sociedad tuviera la grandeza de agradeceros vuestro regalo, que es un regalo de reyes, como los de aquellos señores que conseguían nuevas tierras para su reino. Y ojalá que el sentimiento de apego profundo a la tierra, a la Naturaleza que nos sustenta cada día, crezca con vuestro ejemplo. Un abrazo fuerte.

JOSÉ MANUEL NICOLAU IBARRA



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