sábado, 10 de septiembre de 2011

De Salas Bajas a Azara

Maravillosa mañana del mes de septiembre, ideal para montar en BTT. Los días, aunque inusualmente cálidos para esta época del año son muy agradables ya que las noches, más largas y frescas que en Julio y Agosto permiten que por la mañana no apriete el calor y se pueda disfrutar plenamente de la ruta.




Hoy nos hemos ido de visita al pueblo de Azara, que por caminos es apenas una ruta de doce kilómetros, por carretera sería más del doble.

Iniciamos la andadura por el camino de la ermita de El Plano, recién asfaltado en su primer tramo y en apenas veinte minutos llegamos a Pozán de Vero. Desde el extremo del llano por el que venimos pedaleando distinguimos perfectamente el valle que ha excavado el río Vero, donde se asienta el pueblo de Pozán de Vero. Por el otro lado del río, al frente, ya vemos la continuación del camino que deberemos seguir.

Pozán de Vero es un pueblo pequeño, pero que llama la atención por la gran cantidad de arcos de piedra que conservan las casas de su calle Mayor. De sus patios, algunos abiertos y bellamente restaurados, sale un frescor reparador que casi hace deseable desmontar y pedir permiso para descansar allí.


Pero debemos seguir. Salimos del pueblo en dirección Alquézar, pasamos por la fábrica de las deliciosas "chiretas", tan típicas del Somontano y el Sobrarbe y nos desviamos por el camino del Canal del Cinca, junto a una de las casas del Canal.




Cruzamos el río Vero por un puente de estructura de hierro hecho en los años 60 para permitir la construcción del Canal del Cinca. A nuestra derecha, practicamente oculto, un pequeño puente medieval desafía el paso de los siglos, es el puente de Pozán. Consta este puente de un único arco de medio punto de unos 15 metros de luz, con tablero recto a dos vertientes de diferente inclinación. La estructura de perfil muy fino y sensación de ligereza evoca el cercano puente de La Albarda en Colungo.



Antonio Naval Mas en su libro sobre las "Construcciones para la historia del Somontano en el Alto Aragón", lo data en el siglo XVI, no siendo lejana en técnica, medios y solución al de La Albarda, al que sería posterior sobre todo por su mayor anchura. Sorprende al viajero que el puente del Canal del Cinca esté directamente pegado al viejo puente de piedra. Una pequeña aberración -otra más- que destruye todo su encanto.



Compárese con el cercano puente La Albarda (en la foto de la izquierda) y su entorno natural intacto que respeta su esencia y su poder evocador. Lo uno es bello, lo otro horrible. Y también junto al de La Albarda hay un puente moderno por el que pasa la carretera de Colungo, pero está doscientos metros más adelante y con el bosque de ribera ni se ve.



Por cierto, ambos puentes fueron restaurados en los noventa, y mientras en el de La Albarda se repuso el pretil de baja altura, no entiendo la razón por la que el de Pozán tenga que soportar una barandilla de hierro exactamente igual a la de su incómodo compañero. Tampoco costarían tanto unas piedras!!!


Decidimos continuar, cruzamos la acequia de Selgua que nace allí mismo, y el camino se endurece bastante.


A nuestra derecha vemos en toda su extensión el acueducto de Pozán, gran obra de la ingeniería de los años 60, que permitió al Canal del Cinca salvar el cauce excavado por el río Vero.


Como otra pequeña aberración de esta faraónica obra queda el maravilloso salto de Pozán, azud de época medieval que permitía el riego de muchas huertas y el baño en verano, hoy constreñido y pisoteado por el enorme acueducto de hormigón. Parece que los ingenieros de la época buscaran en el mapa cualquier resto de la España "subdesarrollada" para ponerle la firma del hormigón del "desarrollo" encima.


En fin, continuamos subiendo y vamos viendo el camino por el que hemos venido. Al fondo se divisa Salas Altas, al lado de donde hemos salido hoy.



Una vez coronada la colina, sigue una bajada suave hasta Azara, donde se llega en menos de media hora. Una vez allí, descansamos reponemos fuerzas y volvemos por el mismo camino.



Excursión ideal para un día que no queramos mucho desgaste pero a su vez queramos disfrutar de una ruta variada por varios pueblos del Somontano.

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