Según uno de mis más conspicuos lectores, debería llamarlo directamente El Lector o casi, la entrada anterior adolecía de cierto exceso verbal contra Sarko, "manca finezza" me aconsejaba.
Si bien un blog como Recondita Armonia pretende ser un ejercicio de escritura a caballo entre la opinión personal y la noticia, a veces la geometría variable de ese territorio hace difícil mantener un equlibrio tan magistralmente explicado por Woody Allen en su filme "Delitos y Faltas" con la frase: si se curva tiene gracia; si se rompe, no tiene gracia.
Por ello, deseo reanalizar mi juicio sobre el candidato hungaro-francés Nicolás Sarkozy en estas elecciones presidenciales. Conste por adelantado que yo pienso como contaba Eduardo Galeano que las elecciones en las "democracias liberales", donde el pueblo es llamado a las urnas cada cuatro años pero después no puede controlar la actuación de sus políticos y queda en situación de indefensión, se asemeja a la historia aquella en la que un cocinero fue al corral y preguntó directamente a los pollos, patos, faisanes y resto de animales que allí había: "Por favor, ¿ustedes con que salsa quieren ser cocinados?" Tras el susto inicial y aún conmocionados por la noticia, una humilde gallina respondió: "No, yo no quiero ser cocinada". El cocinero tranquilamente sacó un largo cuchillo y dijo: "Eso no está en cuestión, lo único que ustedes tienen que decidir es la salsa con que quieren ser cocinados".
Así pues, vayamos con Sarkozy, Hollande y las elecciones presidenciales recién terminadas en Francia y el modesto seguimiento a que un pequeño buzón da lugar. Quede dicho testimonio aquí escaneado y pueda EL LECTOR hacerse su propia composición de lugar.
De inicio veamos un bello ejemplo de "publicidad comparativa" en política, totalmente en linea con el fin del mundo anunciado por los mayas para Francia en 2012 si ganaba Hollande. Sin dobermanes, pero la publicidad comparativa vemos que goza de buena salud en política.Tentado estoy de proponer una regulación al estilo de la Ley General de Publicidad, terminando así de configurar la acción política como una parte más del mercado. No parece justo que el consumidor político no este protegido contra la competencia desleal de los programas electorales.
Las propuestas "liberales" de Sarko: 9.400 plazas carceleras construidas en los últimos 5 años y 24.000 nuevas a sumar en los cinco siguientes. Imaginamos que siendo un hombre de altura política como presume de ser, única posible, y anticipándose a los estragos de la crisis, quiere estar preparado y tener una estrategia para volver a crecer. Al menos de carcelero habrá trabajo.
Para los incrédulos, pues sí, en esto ha acabado la gaullista UMP con Sarko. Ahora quizás se comprenda mejor como para votar la copia, los franceses han decidido votar el original, esto es, el Frente Nacional. Y fuera complejos.
Y no es que el candidato socialista ande escaso precisamente de lugares comunes y debilidades, que las tiene enormes, alguna de las cuales nos recuerda a ZP, como ese discurso superficialmente paritario que nos retrotrae a Bibianas y Leires. Esperemos que Hollande no caiga tan bajo.
Nótese el escaso uso de los logos del "Partido", sustituido por el nombre y la imagen del candidato. Ventajas de tener elecciones presidenciales, aquí sólo nos alimentamos con la propaganda del partido.
Nunca es sencillo elegir entre dos candidatos como Hollande y Sarkozy, dos personas que sabemos capaces de traicionar a sus votantes desde la mismo noche de su elección. Grecia en la memoria como epítome de una clase política europea. Quizás por eso ya dicen los mismos franceses que "au premier tour on choisit, au deuxième on élimine".
Sarkozy descartado. Lógico.
