domingo, 24 de febrero de 2013

Neosiervos: El trabajo como la nueva esclavitud

Muchos autores, la mayoría economistas, hablan sobre el trabajo desde el punto de vista economicista de la productividad, pero solo unos pocos lo hacen desde el punto de vista del trabajo como concepto dentro de una categoría mayor, lo humano. De entre estos pocos autores ocultos para el gran público por cuestionar al Dios verdadero, al Dios Trabajo, voy a nombrar a dos.

Jose Manuel Naredo, economista y ensayista sobre la crisis actual, según él no solo económica sino también ecológica y social, revela que "la noción actual de trabajo no es una categoría antropológica ni, menos aún, un invariante de la naturaleza humana. Se trata, por el contrario, de una categoría profundamente histórica. El trabajo, como categoría homogénea, se afianzó allá por el siglo XVIII junto con la noción unificada de riqueza, de producción y la propia idea de sistema económico para dar lugar a una disciplina nueva: la economía".

Felix Rodrigo Mora va un paso más allá del profesor Naredo y encuentra la raíces de la crisis económica y de las otras crisis en la crisis del sujeto humano, derivada entre muchas causas que él analiza minuciosamente, de la crisis de la noción de "verdad" y en la imposición de una ideología felicista, hedonista, lúdica y utopista. En ese marasmo de mentiras, de hiper-estatización de la vida social, de destrucción de lo concreto humano, el trabajo desempeña un papel crucial. Un trabajo que crea neo-siervos, "hay que repetir una y otra vez que el régimen salarial es incompatible con cualquier forma de vida buena y civilizada, por lo que su completa erradicación es una de las tareas de mayor significación de nuestro tiempo. [...] los hechos mondos y lirondos han probado que en trescientos años de brega sindical no solo no se ha conseguido nada en la transformación positiva del sistema salarial sino que éste ha ido haciéndose, de manera inexorable, cada vez más embrutecedor y destructivo, más incivil e ignominioso."

Y en estas, meditativo, llega la noticia de que el supermercado TESCO utiliza brazaletes electrónicos para monitorizar el trabajo de sus empleados. El nivel de alienación ha llegado a tal extremo que a muchas personas les parecerá de lo mas normal como si el neo-siervo en sus horas de trabajo no tuviera mas derechos que a respirar y decir "sí amo". Leyendo cosas así es difícil no coincidir con Rodrigo Mora en que el trabajo asalariado es incompatible con cualquier forma de vida buena y civilizada y hay que empezar luchando por su perdida de prestigio social.


EL SUPERMERCADO TESCO UTILIZA BRAZALETES ELECTRÓNICOS QUE MONITOREAN TODAS LAS ACTIVIDADES DE LOS EMPLEADOS, INCLUYENDO DESCANSOS PARA IR AL BAÑO
El cuerpo humano, con su necesidad de descanso, nutrición e hidratación, es una herramienta ineficaz para la producción capitalista. Pero mientras que las máquinas es poco probable que reemplacen a trabajadores humanos en el corto plazo, las nuevas tecnologías pueden hábilmente despojar a los trabajadores de su humanidad!

El periódico Irish Independent informa que el gigante de los supermercados TESCO ha atado brazaletes electrónicos a sus trabajadores de almacén para medir su productividad, haciendo seguimiento de sus acciones tan de cerca que la empresa sabe cuando hace una breve pausa para beber o toma un descanso para ir al baño. Estos errores imperdonables impactan en la productividad de los trabajadores, que la empresa aparentemente utiliza para aterrorizarlos y que trabajen más rápido. "Los dispositivos dan una cantidad fija de tiempo para una tarea, por ejemplo, 20 minutos para cargar los paquetes de refrescos. Si lo hacen en 20 minutos, obtendrían 100pc, pero tendrían 200pc si lo hiciera en la mitad de tiempo", escribe el Independent. Aunque TESCO negó que ir al baño tenga impacto sobre las puntuaciones de productividad, un antiguo empleado que habló con el Independent dijo que recibió una calificación "sorprendentemente baja" cuando tomó un descanso para ir al baño. "A veces, la empresa manda llamar a algunos trabajadores a la oficina para decirles que tienen calificaciones bajas y que tienen que mejorar".

"Tuve tareas realmente sencillas y cuando volví después de un descanso, tuve una puntuación horrible y me pregunto por qué", dijo el antiguo empleado. Añadió que desde la introducción de los dispositivos, los trabajadores sienten una presión cada vez mayor para producir más y más.

Pero hacer trabajar como locos a los empleados tiene algunas desventajas para las empresas. Los estudios demuestran que el estrés laboral está vinculada a enfermedades físicas y mentales, desde la falta de sueño a la enfermedad crónica. Al final, estresados, los trabajadores enfermos tienen unos costos de salud mayores (para aquellos que realmente pagan los gastos de salud de los empleados) y a eso se suman los costes de la alta rotación.
Según la CDC (Centro para el control y prevención de enfermedades), la excesiva carga de trabajo y las demandas cambiantes son los principales factores desencadenantes de estrés laboral.

El uso de máquinas para extraer tanto trabajo como humanamente sea posible de los trabajadores tiene una larga historia. (Incluso el reloj innoblemente ha servido como una herramienta de abuso. En algunos pueblos, los dueños de las fábricas eran conocidos por cambiar el reloj de la ciudad para engañar a los trabajadores sobre el tiempo de descanso). A medida que avanza la tecnología de vigilancia, las empresas cada vez más pueden registrar todos los aspectos del tiempo de los trabajadores. Frederick Taylor - pionero en la idea de medir el tiempo en segundos - y Henry Ford estarían celosos.

En la década de 1980, la tecnología informática abre inimaginables formas de vigilar a los trabajadores hasta entonces. Programas de pulsaciones podían rastrear la velocidad de escritura de los empleados de oficina durante el día. En estos días muchos lugares de trabajo - en particular los lugares de trabajo de bajos salarios - se han encontrado con formas de pánico para los empleados más sofisticadas mediante el seguimiento de todos sus movimientos por lapsus en la productividad.

En SuperVision: An Introduction to the Surveillance Society (SuperVisión: Una Introducción a la Sociedad de la Vigilancia), John Gilliom y Torin Monahan hablan sobre el encuentro con una camarera de hotel frenética que les dijo que tenía que avisar a la dirección cada vez que limpiaba una habitación, para que pudieran rastrear cuántas había terminado y cuanto había tardado. Una nueva aplicación de teléfono puede ser utilizada para medir constantemente la velocidad y ubicación. "Si un trabajador se queda quieto o se sienta, aunque sea por unos pocos segundos, la administración sabe", escriben Gilliom y Monahan.

Los Call Center también son una pesadilla por tratar de controlar cada segundo de tiempo de los empleados. En el call center de Time Warner Cable, Gilliom escribe que los empleados tienen sólo 8 segundos para hacer su papeleo entre llamadas. Las llamadas también se registran para medir posteriormente la amabilidad y educación empleada al tratar con los clientes.

AlterNet documentó relojes biométricos y lectores de huellas digitales, que utilizan escáneres del iris, tecnología de reconocimiento facial y huellas digitales para seguir más de cerca cuando los empleados entran y salen del trabajo y la duración de los descansos. A diferencia de las tarjetas perforadas o códigos clave - que permiten a los empleados cubrirse perforando sus tarjetas -, usando atributos físicos como ojos o huellas digitales se asegura que el tiempo de los trabajadores será monitoreado con precisión y así llevar un registro detallado de pausas y productividad.


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